Los renovadores celulares son grandes aliados en la rutina del skincare.
La clave será aprender a utilizarlos y descubrir sus múltiples beneficios.

Cépage presenta su línea de Renovadores

¡Incorporar ácidos a la rutina nunca fue tan fácil!

Beneficios

Los ácidos aceleran la renovación celular, estimulan la luminosidad de la piel y ayudan a que la piel se vea más sana.

El uso de Renovateurs nos ayuda a…

• Prevenir el envejecimiento prematuro
• Mejorar la apariencia de poros
• Renovar las células y mejorar la textura de la piel
• Atenuar manchas y arrugas
• Unificar el tono
• Complementar tratamientos médicos

Rutina

¿Cómo incorporarlos?

Los ácidos se utilizan de noche, después de la limpieza y antes de la hidratación. Hay que comenzar de forma progresiva y alternada de 1 a 3 veces por semana. Durante el día, limpiar bien la piel, hidratarla y resguardarla de la radiación solar con protector solar.

Todas las pieles necesitan una rutina básica de limpieza, hidratación y protección solar. Los ácidos aportan un plus de beneficios al sumarlos en la rutina. Mejoran la textura de la piel. Mejora las manchas y arrugas. Mejora la apariencia de los poros. Previenen y pueden mejorar el acné. Dan luminosidad a la piel.

Tipos de ácidos
¿Cuáles son y para qué?

Existen distintos tipos de ácidos que podemos usar en la piel:

Los AHAs Alfa – Hidroxiácidos

Ácido Glicólico
Es conocido por su fuerte capacidad para exfoliar la capa superior de la piel. Ayuda a eliminar las células muertas de la piel, mejorando la apariencia de la piel opaca y la renovación celular. Es ideal para quienes buscan una piel más joven y radiante.

Ácido Mandélico
Es el más tolerado de esta familia de ácidos, ya que penetra en la piel más lentamente y a menor profundidad. Gracias a su composición ofrece un efecto antibacteriano, atenúa la pigmentación irregular y mejora la luminosidad de la piel.

Los BHA Beta – Hidroxiácidos

Ácido Salicílico
Es un activo exfoliante liposoluble, capaz de penetrar en el interior de los poros eliminando el exceso de sebo y las impurezas. Además de ser queratolítico, tiene propiedades antibacterianas. Ayuda a minimizar y desobstruir poros. Es ideal para pieles oleosas y/o acneicas. Descubrí nuestra línea Acneiqué en
www.acneique.com.ar

Los PHAs – Polihidroxiácidos

Ácido Lactobiónico
Es una molécula de última generación con alta capacidad hidratante y antioxidante. Gracias a su gran tamaño molecular, actúa en la superficie cutánea, renovando la piel de forma extremadamente suave, sin causar irritación. Es ideal para pieles sensibles y muy sensibles. Mejora la textura de la piel, otorga luminosidad y se puede utilizar todo el año ya que no es fotosensibilizante.

Los DCAs – Dicarboxílicos

Ácido Azelaico
Es un activo multifunción con propiedades antiinflamatorias, seborreguladoras, queratolíticas suaves y despigmentantes. Calma la piel con enrojecimiento o tendencia a la sensibilidad, equilibra la producción de sebo y mejora la textura cutánea sin irritar. Su acción despigmentante se debe a su capacidad para inhibir la tirosinasa, lo que contribuye a un tono más uniforme y luminoso. Además, tiene efecto antibacteriano selectivo, lo que lo convierte en una excelente opción para pieles con tendencia al acné. No es fotosensibilizante, por lo que puede incorporarse en rutinas diarias, incluso durante el verano. Su uso no está permitido en dermocosmética.

Azeloil Diglicinato de Potasio (PAD)
Es un derivado hidrosoluble del Ácido Azelaico que ofrece beneficios similares al Ácido Azelaico. Su solubilidad en agua permite texturas livianas y estables, ideales para fórmulas oil-free. Ayuda a equilibrar el sebo, unificar el tono y calmar visiblemente la piel. Su acción suave mejora la textura y aporta luminosidad sin irritar. Está permitido su uso en dermocosmética.

FAQ

No hay una edad fija para comenzar a usar ácidos; todo depende de las necesidades y condiciones de la piel. En general, los ácidos exfoliantes y antiedad, como el glicólico, suelen recomendarse a partir de los 30 o 35 años. En cambio, ácidos como el salicílico, azelaico o mandélico pueden usarse desde la adolescencia para tratar imperfecciones o controlar la oleosidad. Lo importante es adaptar el uso al estado y sensibilidad de cada piel.

Los ácidos se pueden utilizar todo el año, siempre y cuando tengamos los cuidados adecuados con el sol. Uso de protector solar, gorro, lentes y demás. Como los ácidos generan renovación celular, la piel va a estar más fina y sensible. Es por ello, que el momento ideal para incorporarlos por primera vez es en invierno. ¡Por lo que sin duda el invierno es el momento ideal para comenzar a sumarlos en la rutina de skincare!.

Sí, si tenés piel sensible podés usar ácidos, pero es importante elegir los más suaves y bien tolerados. El ácido lactobiónico es ideal porque hidrata, renueva suavemente y fortalece la barrera cutánea sin irritar. El ácido azelaico también es una excelente opción: calma la piel, ayuda a unificar el tono y regula el sebo, siendo apto incluso para pieles reactivas. Ambos son seguros y efectivos para pieles sensibles. Recordá consultar siempre con tu dermatólogo.

La elección del ácido dependerá del objetivo y del tipo de piel. El glicólico es ideal para renovar, mejorar manchas y textura en pieles más maduras. El mandélico, más suave, se adapta bien a todo tipo de piel, grasas y con poros visibles. El salicílico es efectivo para regular el sebo y tratar pieles con tendencia a imperfecciones. El lactobiónico es excelente para pieles sensibles, ya que hidrata y renueva sin irritar. El azelaico ayuda a calmar, regular el sebo y unificar el tono, siendo apto para pieles reactivas o con afecciones cutáneas como acné y rosácea. De todas formas, recordá consultar siempre con tu dermatólogo.

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